martes, 20 de marzo de 2012

El oscuro gabinete de Alfred Kubin

 Alfred Leopold Isidor Kubin , ilustrador expresionista Austriaco, y también escritor. Nacido un 10 de abril de 1877, sólo para cruzar un 20 de agosto de 1959 más allá del horizonte crepuscular de la mano de uno de sus símbolos favoritos: La muerte.
La educación artística de Kubin comenzó como estudiante de fotografía bajo las luces del fotógrafo paisajista Alois Beer, este aprendizaje se extendió de 1892 a 1896.  Después se enrola en la Academia de Múnich en 1899, si bien no finalizó sus estudios allí. En Múnich, Kubin descubre los trabajos de Odilón Redon, Edvard Munch, James Ensor y Max Klinger.
Las técnicas de Goya y Klinger influenciaron el estilo de sus trabajos en este periodo, los cuales consistían principalmente en dibujos a tinta  y acuarelas, con temas de una personalidad fantástica y macabra. Kubin produjo entre 1902 y 1910 una pequeña cantidad de pinturas al oleo; pero pronto comenzaron a predominar en sus trabajos el uso de otras técnicas, y así, el dibujo con pluma a tinta china, la acuarela y la litografía se convirtieron en su medio de expresión favorito. En 1911 se asoció, junto a sus amigos, Paul Klee y Franz Marc, al grupo Der Blaue Reiter, participando con estos en una exhibición en Berlín en 1913. Prácticamente esto fue lo más lejos que Kubin llegó en sus relaciones con los movimientos y artistas de su época, ya que a partir de ese momento perdió contacto con las vanguardias y sus representantes.


Kubin, es creador de unos de los universos visuales más originales del expresionismo, por lo espectral, simbólico, y la extraña fantasía de sus trabajos, ligadas por series temáticas. Por otro lado, su sensibilidad para la ilustración exploró nuevas manifestaciones visuales para las obras de Edgar Allan Poe, E. T. A. Hoffmann, Fyodor Dostoevsky y otros. Su genio no se limitó a las artes visuales, sino que se abismó en la dimensión de la literatura, resultando en la escritura de una novela titulada «Die Andere Seite» («El Otro Lado»; 1909). Considerada una crónica apocalíptica de atmósfera claustrofóbica y absurda; con reminiscencias de los últimos escritos de Franz Kafka. Esta novela es considerada como una de las obras maestra de la literatura fantástica alemana; así la han calificado reputados autores como Hemann Hesse, que la sitúa a medio camino  entre Meyrink, Poe, y Kafka.


Desde 1906 hasta su muerte llevó una vida retirada en un castillo del siglo XII en Zwickledt, en los Alpes austriacos. En 1938, con la anexión de Australia a la Alemania Nazi, su trabajo fue declarado «Arte Degenerado».






Kubin fue una influencia determinante en uno de los cineastas más importantes del expresionismo: Friedrich Wilhelm Murnau. Éste sentía una gran fascinación por la obra de Kubin, en especial por el uso irreal que hacia de la luz. La magia de muchos de sus grabados y dibujos está de hecho en el ambiente crepuscular, cuya mortecina luz no procede de una fuente determinada sino más bien de la misma atmósfera. En una de la escenas del Fausto de Murnau, se copia literalmente una de las ilustraciones que Kubin hizo para su novela «El Otro Lado»: La casa de la madre de Margarita, extrañamente iluminada en la noche. Algo similar sucede en una escena de la calle de Nosferatu, también copia de una ilustración del mismo libro.















































1 comentario:

  1. Gracias severo muy bueno el texto realmente me gusta mucho la obras de alfred kubin, por favor si tiene mas informacion se la agradezco

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