En 1934, Dreyer regresó a Dinamarca, donde lo esperaba un período marcado por las dificultades y los proyectos fallidos. Finalmente, en 1943, logró realizar su siguiente largometraje, Dies Irae (Vredens Dag), una historia de amor trágico que transcurre durante el período de la caza de brujas del siglo XVII. Durante los años que siguieron a la Segunda Guerra Mundial, Dreyer contribuyó a la producción danesa oficial de cortometrajes con una serie de películas, entre ellas, Llegaron al ferry (De naaede Færgen, 1948), aunque volvería a pasar mucho tiempo antes de realizar su siguiente largometraje, La palabra (Ordet, 1955), adaptación magistral de una obra de teatro de Kaj Munk que consolidó aún más, si cabe, su reputación internacional. Su última película, Gertrud (1964), que fue muy discutida tras su estreno, ha sido considerada posteriormente como una de las obras maestras del cine moderno.
domingo, 19 de junio de 2011
Carl Theodor Dreyer
En 1934, Dreyer regresó a Dinamarca, donde lo esperaba un período marcado por las dificultades y los proyectos fallidos. Finalmente, en 1943, logró realizar su siguiente largometraje, Dies Irae (Vredens Dag), una historia de amor trágico que transcurre durante el período de la caza de brujas del siglo XVII. Durante los años que siguieron a la Segunda Guerra Mundial, Dreyer contribuyó a la producción danesa oficial de cortometrajes con una serie de películas, entre ellas, Llegaron al ferry (De naaede Færgen, 1948), aunque volvería a pasar mucho tiempo antes de realizar su siguiente largometraje, La palabra (Ordet, 1955), adaptación magistral de una obra de teatro de Kaj Munk que consolidó aún más, si cabe, su reputación internacional. Su última película, Gertrud (1964), que fue muy discutida tras su estreno, ha sido considerada posteriormente como una de las obras maestras del cine moderno.
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