jueves, 22 de agosto de 2013

Rojo sangre

 

Esta noche me ha traído unas rosas rojas, casi color sangre y una botella de rioja.
Ahora nos estamos bebiendo este vino tinto tan sabroso,  aunque para mi gusto un poco rosado, yo lo prefiero con un tono más oscuro.
Toda la casa está llena de cosas rojas que me ha ido regalando, pintura de uñas, lápiz de labios, ropa interior, las cortinas, la alfombra, joyas, y así toda clase de objetos  inimaginables.
Recuerdo cuando me regaló los pendientes de rubí, eran tan parecidos a dos gotas de sangre; esa noche  dormí tan bien como los ángeles, si  pero solo esa noche.
Al final todo baratijas y sucedáneos, nada tiene el color rojo de la sangre, ese brillo, esa sustancia líquida y espesa, esa textura, ese tibio calor.
Me entretiene con sus engaños, así los días van pasando y yo lo consiento, aún no se porqué, pero esta noche se acabó ya no aguanto más, yo lo que quiero es el verdadero color de su sangre.

Narciso del Río

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