Emil Nolde ha sido considerado como uno de los grandes acuarelistas del siglo XX. Perteneció a los movimientos Die Brücke y Der Blaue Reiter.
Su crispado manejo del pincel, la utilización de colores vivos y estridentes y las figuras de rostros a modo de máscaras pretendían provocar en el espectador un shock visual y emocional.
Cambió poco de estilo a lo largo de su carrera y se dedicó sobre todo a los paisajes y a las escenas de interior con figuras humanas. Sus paisajes, como Marzo (1916, Kunstmuseum, Basilea), son inquietantes y amenazadores.
Sus escenas con personajes como El juerguista (1919, Galería Estatal, Hannover) presentan el rostro humano como una máscara grotesca que siempre revela con crudeza emociones básicas.
En obras como el tríptico La vida de santa María Egipcíaca (1912, Kunsthalle de Hamburgo) busca un retorno a la imaginería religiosa y da un tratamiento expresionista a las escenas del Nuevo Testamento.
Simpatizante del nacionalsocialismo en su primera etapa, fue luego condenado como artista degenerado y enlistado como Entartete Kunst.